En común, es sabido por la mayoría el precepto de… "mente sana en cuerpo sano". O cuerpo sano en mente sana...cuerpo sano en mente sana.... es verdad, cuando en el cuerpo hay alguna enfermedad... la mente se impacienta y se resiente…a su vez, varias inconformidades, presiones y afecciones emocionales protestan a través del cuerpo, manifestándose en enfermedades.
La sabia trilogía es cuerpo, mente y espíritu. Ya que los tres se complementan. En un sentido figurado... para darle una imagen concreta... podríamos imaginar una conexión entre estos tres cuerpos materiales y sutiles.
Un cuerpo físico, sano, una mente mas o menos sana…solo con las saturaciones o preocupaciones, cargas del pasado, etc... que continuamente lleva en su diario proceso de pensamiento.
En este contexto…podríamos ver al espíritu como una luz, si queremos, alrededor de nuestro cuerpo… sino sólo como una luz.
Ésta luz, seguramente sería amarilla-blanca... color de salud y paz, de la correcta armonía energética... perfecta. Ahora imaginemos a un cuerpo enfermo... La mente cargando, quizás, con un dolor que no le permite realizar sus actividades de costumbre, con el mismo gusto…o efectividad. Pongamos que podría ser, un dolor más bien de afección emocional... una perdida... algo fuerte. Usted cree que en cualquiera de estos casos, el espíritu no sentiría nada y el brillo de su luz seguiría siendo el mismo? Claro que no.
Porque los tres se complementan. Hubo sabios en la antigüedad que se aventuraron a ir aún más lejos... Ya que dieron a conocer una revelación que pensaron, llevaría a sus comunidades por el buen camino... hacia el cielo. Una mente sana, dijo... obviamente tiene un cuerpo sano... y su alma esta ya, sin mancha. Esto es tan cierto... como el sol cada mañana.
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