Aunque con diferentes nombres, las Antiguas Civilizaciones de Oriente y Occidente,
encontraron varias similitudes en el campo de la Salud, la Ciencia, la Arqueología, la Astronomía, la Sexualidad, la Mortandad y la Eternidad.
Estos descubrimientos y creencias han coincidido en todos aspectos desde la antigüedad hasta estos días…y están ahora a su servicio.



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martes, 19 de mayo de 2009

El Poder de la Palabra

El uso y el poder de la palabra es el primer aspecto a tener en cuenta en nuestro proceso de convertirnos en los alquimistas de nuestra vida y del mundo que nos rodea.
Jesús decía, como así lo recoge la Biblia, que el poder de la vida y la muerte está en el lenguaje.
La palabra o el lenguaje que utilizamos es la verdadera moneda de cambio, la que nos abre las puertas o las puede cerrar.
En mi vida, he observado este proceso por mí mismo y compruebo que cuando mantengo una actitud positiva, en relación al mundo que me rodea, los demás y hacia mí mismo, el cambio que se produce es espectacular. Todo mi ser goza y está lleno de alegría. Cualquier pensamiento o palabra que digo para ofender o criticar a alguien, inevitablemente me causa un dolor casi irreparable. Muchas veces me pregunto, ¿hasta cuándo conseguiré aguantar los embates de mi propia irresponsabilidad? ¿Qué me lleva a actuar de esta manera? Es más, ¿Por qué, aún sabiéndolo, sigo cometiendo los mismos errores? El acomodamiento, el hábito y sobre todo la “importancia personal” son los elementos que inducen este comportamiento.
Pero, ¿por qué me acomodo al malestar? El acomodamiento es una falta de responsabilidad. Es la vagancia, la falta de objetivos, de motivación.
¿Por qué no hay objetivos? Los objetivos existen, pero no pasan de ser una fútil forma de querer llamar la atención, en nuestro deseo de demostrar que somos “mejores” que alguien. Aquí se pierde la responsabilidad, por no poder responder hábilmente ante lo que es un deseo que ni tan siquiera nos pertenece. Son las cuestiones sin resolver de la continuidad del sistema perceptivo que sostenemos; nuestro mundo. La manera de vivir y morir se manifiestan aquí como la realidad. Esto nos lleva a querer recrear en el futuro lo que ocurrió en el pasado y que, según tú, no se resolvieron de la manera más conveniente. Muchas –la mayoría- se van haciendo inconscientes, porque en el fondo nos da miedo que pudieran llegar a producirse, y se olvidan con el pasar del tiempo, al menos en la forma. Este miedo resultante, nos va a condicionar de manera definitiva durante toda nuestra vida en cualquier toma de decisiones.

El miedo tiene la función biológica de protegernos. De ahí se deriva el deseo inconsciente de protegernos con el miedo, en un afán por sobrevivir.
Algunos estudios revelan que nuestras actitudes están determinadas en un 10% por factores externos y en 90% por nuestra propia mente. Si esto es cierto, ¿por qué nuestra actitud ante la vida suele ser tan diferente de cómo realmente queremos que sea?

En parte, la razón reside en que modelamos nuestra actitud tomando como punto de referencia a las personas que nos rodean, sobre todo en los primeros años de nuestra vida. A una edad tan temprana no nos preguntamos si ésa es la actitud que deseamos para el resto de nuestra vida. Por eso luchamos contra ella y sentimos que no se ajusta a nosotros, es como si lleváramos los zapatos de otra persona.

Imagina que te hallas frente a un estanque, con una piedra en cada mano. En la mano izquierda tienes una piedra contaminante y si la lanzas, contaminarás toda el agua del estanque para las generaciones futuras.
En la mano derecha tienes una piedra purificadora y si la lanzas purificarás el agua para las generaciones futuras. Tú decides que piedra lanzar.
Ahora imagina que las palabras que utilizas son como las piedras y el agua son las personas que nos rodean


CIENCIAS ETERNAS



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